Pensamientos y pesares

En este blog, daré cabida a pensamientos personales sobre diferentes temas sin mas pretensión que dar vía libre a mis pensamientos y sentimientos.

martes, 31 de mayo de 2016

Porque no soy animalista

Gran frase explicativa
Más de una vez me han dicho animalista, y no lo soy. Reconozco dos cosas uno querer a los animales y la otra haber estado muy cerca de ellos, pero me he decepcionado también porque hay una frase que repiten hasta la saciedad de “No se puede ser buena persona sin respeto hacia los animales”, frase repetida en cien mil variantes, sin embargo hay un grupo perfectamente integrado que parece que para amar a los animales no hace falta un mínimo de respeto hacia las personas. Se que no son todos los animalistas donde también hay muy buenas personas, pero no saben liberarse de esta pesada carga que hacen que muchos se alejen del respeto a las personas.

Luego está el tema vegano, filosofía que respeto pues  me considero un “ovolactovegetariano frustrado” (Lo sé, digo muchos disparates) pero cometen el mismo error que muchos carnívoros, predicar a palos esa forma de alimentación. En esto reconozco estúpidos en ambos lado que parece que ambos tienen una mala conciencia a lavar y necesitan arremeter contra la otra forma de alimentación de forma infantil como si tendría una importancia crucial lo que consume el otro. Creo que lo único legítimo que se puede pedir es que a la hora de sacrificar animales para el consumo se haga evitando el sufrimiento al máximo.

Por otra parte hay una frase que ahora no recuerdo de quien es que me parece muy acertada y que me gusta como filosofía de vida “El progreso de un pueblo se mide en el trato a los enfermos, a los ancianos, a los presos y a los animales”.  Prefiero empatizar con todo aquel ser que le vea capaz de sufrir tenga el numero de patas que tenga. Ojala algún día pueda llevar una vida consecuente con este principio. 

No olvido a aquellos que dicen "Dar de comer a un animal, cuando hay tanta gente sufriendo",  cuando mi experiencia me dicta que en la mayoría de los casos quien critica un acto de nobleza hacia el sufre, no suele hacer nada por los otros a quienes supuestamente  defiende.

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